domingo, 26 de octubre de 2008

Desorden, caos e informalidad calcetera


Un aniversario es ocasión para resaltar lo positivo de todo un trabajo institucional; sin embargo, debe ser también motivo, para reflexionar de las cosas negativas y las que dejamos de hacer. Motivo por la cual y al margen del auge económico y avance territorial y poblacional en pocos años de la provincia de San Román, no se puede esquivar la triste realidad, reinado por la informalidad, caos y el desorden que opaca el desarrollo de Juliaca.

Cuando la provincia de San Román pasó a ser la provincia con mayor número de población (240 mil 776 habitantes), considerado el eje comercial e industrial y líder en desarrollo económico; paralelamente creció la informalidad, el caos y el desorden que opacan el avance en diferentes aspectos de la ciudad de los vientos.

Hoy en sus 82 años, la ciudad de los Machuaychas y Chiñipilcos saborea la amarga realidad de ilegalidad y el desorden y al parecer las autoridades y la población no encuentran la barita mágica para ordenarla. Con una informalidad e inseguridad que se apoderó de la ciudad y con un contrabando que se a convertido en un gran problema social; quitándole prácticamente el crédito a la llamada Capital de la Integración Andina.

Según un estudio realizado por la Cámara de Comercio Industria y Producción de San Román, la ciudad se encuentra con 43 mil 261 empresas informales; de los cuales corresponde 26 mil 961 a Comercio, Turismo (125), Salud (252), Servicios (6 mil 649), Industria (9 mil 070), entre otros. En términos porcentuales, el 67 % corresponde al Comercio e Industria, seguido por Servicios 42 %.

Crece la informalidad
Otro dato interesante a destacar de la Cámara de Comercio de Juliaca, es el total de empresas formales e informales en los mismos rubros que asciende a 73 mil 020; los mismos que se disgregan de la siguiente manera: comercio (40 mil), Turismo (mil 375), Salud (mil 093), Servicios (16 mil), Industria (14mil) entre otros, todos ellos registrados en la ciudad calcetera.

El contrabando representado por las famosas “culebras”, es otro cuello de botella que no se puede superar y en la actualidad campea en esta ciudad; aunque no existe la cantidad exacta de los contrabandistas que le paran sacando la vuelta a la Ley, se sabe que ingresan al mercado calcetero toneladas de productos de procedencia boliviana, así como artefactos procedentes de otros países por la frontera Perú-Bolivia.

A ello debemos sumarle más de 42 mil triciclistas de los cuales, no más de cuatro mil están en la esfera de la formalidad y registrados en la Municipalidad de Juliaca; es decir, más de 38 mil triciclistas trabajan al margen de las normas. Al respecto, los funcionarios de la gerencia de Desarrollo Económico de la comuna indicaron que el trabajo del triciclistas es eventual y no estable; motivo por la cual, no optan por formalizarse.

Los mototaxistas, también son parte del desorden; según la proyección de la Cámara bordea los siete mil, de los cuales gran parte labora de manera informal; la ilegalidad en los taxistas en servicio de transporte urbano es mínima, pero contribuyen al desorden, no respetando las reglas de tránsito.

En conclusión el 85% de empresas laboran de manera informalidad, según refiere el gerente encargado de la Cámara de Comercio Industria y Producción de Juliaca, Francisco Olivera Vargas, tal como se puede apreciar en el cuadro.

Se impone el desorden
El matrimonio entre la ilegalidad, desorden y el caos, generado por casi la mayoría de los triciclistas, terminando en los transportistas y el comercio ambulatorio que se apoderaron de las calles, acompañado por la inseguridad que reina en las arterias de la ciudad, principalmente pasada las nueve de la noche incluso a plena luz del día, son el pan de cada día que palpa en la ciudad calcetera.

Sobre el tema conversamos con el gerente de Desarrollo Económico de la Municipalidad Provincial de San Román Stif Gonzalo Sucari Copacondori, quien admitió la imperante informalidad y el caos; sin embargo, dijo que según registros de la comuna, la ilegalidad asciende a 65 % en todos los rubros.

“Somos concientes de ello; por eso, estamos elaborando el Plan de Desarrollo Económico al 2020 y estamos en proceso de actualización de los datos, para tomar decisiones políticas, para solucionar este flagelo”, sostiene el funcionario de confianza del alcalde David Mamani Paricahua.

Una de las causas del laberinto de transporte que subyuga en Juliaca, es precisamente porque el parque automotor rebasó las proyecciones, ayudado por el mar de triciclos y mototaxis que circulan diariamente, haciendo intransitable las vías, principalmente los domingos y lunes.

De lo expresado, no solamente es responsabilidad de los humildes triciclistas y mototaxistas y el comercio ambulatorio, si no, la responsabilidad es compartida, autoridades, población y las instituciones relacionados en el tema de formalidad, seguridad, orden y limpieza que es lo que necesita a corto, mediano y largo plazo la ciudad de los Machuayachas que hoy cumple 82 años.

En esa perspectiva, re requiere a un Estado que a través de la SUNAT cumpla el papel persuasivo, muestre, seguridad y confianza tributaria a los ciudadanos y no asumir la función policial, persiguiendo a las empresas amenazándolas con clausurar, asumiendo el papel del perro del hortelano, de no dejar trabajar, tampoco brindar las posibilidades y facilidades para insertarse a la formalidad.

Crece la desnutrición
Lo paradójico es que Juliaca tiene una considerable taza de desnutrición de 55 % y un índice de pobreza de 45.53%, según el reciente Censo del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), pese a ser una ciudad que tiene el auge comercial e industrial. Lógicamente ello está focalizado en la familia de los humildes triciclistas, mototaxistas y los que se dedican al comercio ambulatorio, que necesitan de proyectos que den solución al problema las que deben ser implementadas por las autoridades e instituciones comprendidas en el tema.